La moda vuelve y las
tendencias siempre son las mismas. La negación o poca imaginación de los
diseñadores para crear nuevos estilos de indumentaria se puede analizar desde dos aspectos, la crisis económica que impide invertir a los diseñadores y
consumir al cliente, y por otro lado la gente se quedo en el glorioso pasado,
como es el caso de los diseñadores con mas trayectoria.
Es notable que los
efectos de las crisis comenzaron a acercarse entre las tendencias y ámbitos de
los consumidores.
Dichos consumidores
son los que sufren esa crisis económica al no podes comprar de forma masiva e
irracional. A la hora de comprar prefieren apostar a lo clásico.
Únicamente son la
clase alta quien tiene la oportunidad de acceder a las grande firmas de
indumentaria y comprar productos prestigiosos de diseño. Y justamente por ser
productos de diseño y de marca su valor es aun mayor.
Si miramos la crisis
desde el lugar de los diseñadores mas emergentes, se hace mas difícil invertir
en diseños que no saben si apuntan al éxito. El mercado de la moda tiene mucha
competencia, lo que implica una difícil
tarea mantenerse en el mundo de la moda. Lo ideal es adaptarse a lo que la
gente usa, es decir a los seguro para no correr el vértigo.
Inspirarse en las
épocas pasadas como los 70´s con la estética folk, Hippie, o en los 90’s con el
minimalismo es revivir los años glorioso de la moda, que implica una compra
segura.
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